En este artículo os voy a hablar sobre una práctica que me ha ayudado mucho en el control de la ansiedad y también para conocerme mejor a mi misma.

Temas que voy a tratar:

  • Hablemos un poco sobre la meditación
  • Preguntas para las que debemos tener respuestas antes de comenzar con la meditación.
  • Los errores más comunes en la práctica de la meditación.
  • Entonces, ¿Qué consejos pueden ayudarnos en la práctica de la meditación?
  • ¿Qué pasa si las primeras veces no lo consigo?

 

Hablemos un poco sobre la meditación.

 

Todos hemos oído hablar de los beneficios de la meditación, y son muchos los que lo practican o al menos lo intentan.

En mi experiencia profesional, me he encontrado con una pregunta que es la que más se repite.

¿Por qué no consigo dejar la mente en blanco?

Y yo siempre les respondo lo mismo, ¿Qué es para ti dejar la mente en blanco?, ¿Quién dice que esa sea la manera correcta de meditar?

Más bien, lo que intento decirles es que no hay una manera universal que sea válida para todo el mundo. Cada persona es un mundo, una mente con sus características y peculiaridades, una vida y unas experiencias que nos distinguen de los demás. Por eso, es muy importante hacer entender a mis pacientes que la manera más adecuada es tu manera, la que mejor te vaya a ti.

 

Preguntas para las que debemos tener respuestas antes de comenzar con la meditación:

 

¿Cuáles son los fundamentos principales de la meditación?

En primer lugar, hay que entender de dónde viene el concepto. Sus orígenes y procedencia.

La palabra meditación significa reflexión, y sus inicios se remontan al hinduismo budista y el taoísmo de China.

Ambas ramas tienen como base para una vida plena, la práctica de la meditación, método que utilizan para llevar a cabo una introspección, con el objetivo de poder conocerse a uno mismo.

 

Los errores más comunes en la práctica de la meditación:

 

Intentar meditar y controlar los pensamientos a la vez.

 

Este es uno de los errores más comunes que cometen las personas en sus inicios.

La creencia de que para meditar es necesario controlar los pensamientos y dejar por tanto de pensar, es totalmente errónea, incluso puede llevar a la persona a sufrir una frustración, generándole más ansiedad y negativismo.

El objetivo de esta práctica es dejar fluir los pensamientos sin juzgarlos.

 

Colocarse en postura de loto.

Esta postura puede resultar cómoda quizás solo para aquellas personas que llevan tiempo practicando yoga.

No tiene porque resultar la postura más cómoda para todo el mundo. Para meditar no es necesario estar en la postura que vemos a diario en fotografías o en redes sociales. Para cada persona será distinta. Puede ser tumbad@, sentad@, incluso en la cama o el sofá.

Lo importante es que la persona se encuentre con el cuerpo relajado y sin tensión alguna. Para nada tiene que ser una postura forzada.

 

Entonces, ¿Qué consejos pueden ayudarnos en la práctica de la meditación?

 

El consejo que siempre doy, y el que considero más importante, es el de no juzgar nuestros pensamientos.

En contra de la creencia popular de que hay que mandarnos mensajes positivos, evitando los negativos, y conseguir no pensar, como ya he dicho anteriormente, es totalmente erróneo.

Cuando nuestro cuerpo consigue relajarse y entra en comunicación directa con nuestra mente, sin juicios, sin barreras ni objetivos concretos, es cuando más pensamientos nos afloran.

La idea es escuchar esos pensamientos, aceptarlos y dejarlos ir. No hay que recrearse en ellos, ni juzgarlos, ni intentar cambiarlos en ese momento, simplemente escúchate a ti mismo, observa ese pensamiento y, tal cual vino, déjalo ir.

Veréis que algunos de ellos serán negativos. Durante la meditación no debemos tratar de cambiar ese pensamiento. Simplemente obsérvalo y pasa al siguiente.

Una vez salgamos del estado de meditación, podremos hacer un balance de todos ellos y gestionarlos.

Si dejamos que los pensamientos fluyan por si solos y los dejamos ir, será entonces cuando, una vez hayamos sacado todo lo que llevábamos dentro y nuestra mente haya hablado, podremos relajarnos. La idea es llegar a sentir que nos hemos dicho lo que teníamos que decirnos, y ahora solo nos queda relajarnos.

Siempre ayuda tener un escenario en mente que nos lleve a un estado de paz y seguridad. Una vez hayamos pasado por todos los pensamientos que han aflorado, recrear ese escenario de relajación y paz sería la forma de culminar con nuestra meditación.

 

¿Qué pasa si las primeras veces no lo consigo?

 

La meditación, como cualquier práctica, conlleva tiempo y paciencia. No podemos exigirnos en una primera sesión haber conseguido llegar al estado meditativo como uno quisiera, más cuando nunca se ha practicado y nuestra mente tenía mucho que decirnos.

A través de la práctica, tanto el cuerpo como la mente se irán habituando a ello, y lo que al principio forzábamos, al final saldrá de forma natural.

En el taoísmo y el hinduismo, la paciencia es una virtud.

•••Ser generosos con uno mismo, no exigirnos demasiado, aprender a escucharnos, y contemplar nuestra vida sin juzgarnos, son algunos de los lemas que proponen estas culturas y que rigen la meditación•••